La labor incesante

Fabrica el zapatero
a mano y con esmero
zapatitos alados,
chapines emplumados,
botas de siete leguas,
babuchas de oro blanco,
sandalias coralinas
que andan sobre las aguas,
piezas que calzarían
dignamente a las hadas
y a las buenas personas
y a la Diosa Abundancia.

Pero se le amontonan
zapatos y botines,
que hace y no le compran,
que son incomestibles.
¿Quién querría pagar
por volar, deslizarse,
cruzar verdes montañas,
surcar azules mares,
caminar de puntillas
con pasos musicales?
¿Quién le comprará un par
de alpargatas de marte?

Labora sin reposo
en su taller ajado,
flanqueado por estantes
cuajados de calzado.
Trae el hambre sopor,
lentitud y torpeza,
y él canturrea ausente
mas sus dedos no cejan:
“Que no se comen, no,
babuchas y zapatos,
botas de siete leguas,
chapines emplumados”.


 Fotografía de Salva Artesero

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