De Pegasos y mulas
Los propósitos, caballos alados, caen del cielo en manadas tupidas de pelaje brillante y de compactas plumas. Relinchan con alegre ligereza y parecen trotar sobre las nubes con inaudible castañeo de herraduras. Son carne de aire y nacen tras cada esquina. No así su ejecución -su conversión en realidad palpable-, que cabalga con esfuerzo por la tierra, la hace retumbar bajo las patas robustas y levanta una densa polvareda. La ejecución es pues algo así como una mula decidida y paciente, sin porte mitológico ni perenne compañía. Se sabe fea e incapaz de cabriolas ingrávidas, pero avanza, avanza, avanza sin siquiera un bufido. Soporta el peso de todas las cargas y avanza.
Bandadas de Pegasos de colores inéditos frecuentan a pintores, a escritores, a músicos, a gente de teatro... Incluso hay quien quisiera echarles lazo al cuello y, sujetándolos -flotantes, próximos-, apropiárselos. Los artistas de veras que conozco se rinden sin reservas a la danza infinita de los caballos alados; sucumben ante ella como el que más, es cierto. Lo que pasa es que luego no se sientan en un poyo de piedra, indefinidamente, a contemplarlos. Los artistas de veras se montan en su mula -tenaz, tal vez ridícula, al fin y al cabo fértil, ¿qué más quieren?- a perseguir la estela del Pegaso que hayan escogido. Y aunque quizá lo hagan con lentitud exasperante, su paso es siempre firme.
Bandadas de Pegasos de colores inéditos frecuentan a pintores, a escritores, a músicos, a gente de teatro... Incluso hay quien quisiera echarles lazo al cuello y, sujetándolos -flotantes, próximos-, apropiárselos. Los artistas de veras que conozco se rinden sin reservas a la danza infinita de los caballos alados; sucumben ante ella como el que más, es cierto. Lo que pasa es que luego no se sientan en un poyo de piedra, indefinidamente, a contemplarlos. Los artistas de veras se montan en su mula -tenaz, tal vez ridícula, al fin y al cabo fértil, ¿qué más quieren?- a perseguir la estela del Pegaso que hayan escogido. Y aunque quizá lo hagan con lentitud exasperante, su paso es siempre firme.
Pepa, me encanta esa imagen de mula-tenaz. En algún momento la voy a adoptar, despues de haber pasado por las metamorfosis de caracol, hormiga, jirafa y hormiga montada en jirafa. Un abrazo con uñas muuuy negras.
ResponderEliminarGracias, Violeta.
ResponderEliminarSonrío ahora imaginándote convertida en hormiga montada en caracol montado en jirafa montada en mula.
Añado tu blog a mi lista para poder ver tus preciosos dibujos en tinta.
Un abrazo.
Querida Pepa, aunque tu dia a dia sea de mula tenaz,trabajadora y terca por conseguir tus sueños,me da que hace tiempo que te convertiste en Pegaso alado y todavia no te has dado cuenta.Que tus alas te lleven a donde quieras llegar.Un abrazo
ResponderEliminarAmigo/a anónimo/a:
ResponderEliminarSeducida por tu idea de mis alas invisibles, la semana que viene intentaré salir volando.
Ya te contaré cómo me ha ido.
Un abrazo flotante.
Lo prometido es deuda:
ResponderEliminarhttp://prospeccionespertejo.blogspot.com/2011/09/lecciones-de-vuelo.html
otro q me ha encantado,q bonitas imagenes m transmites,gracias d nuevo :)
ResponderEliminartowanda
Gracias a ti, por seguir y seguir y seguir leyendo. Tenaz tú también, y voladora.
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